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Las mujeres, protagonistas en el nuevo modelo de liderazgo que demandan las organizaciones

Hoy el entorno empresarial exige líderes con unas habilidades muy enfocadas a las personas, la comunicación, la colaboración y el trabajo en equipo. Estas capacidades, además, se han hecho cada vez más necesarias en los últimos años y ahora, si cabe, mucho más con la COVID-19 y el contexto de crisis que ha traído consigo.

Según ha publicado Boston Consulting Group en su informe “Women are the X-Factor in New Ways of Working”, estas habilidades de liderazgo serán imprescindibles durante la próxima década a medida que los enfoques tradicionales de arriba hacia abajo vayan desapareciendo en detrimento de organizaciones más rápidas, altamente colaborativas y ágiles. Si hay un grupo de personas que sobradamente cuente con esas nuevas cualidades demandadas por las empresas e instituciones son, sin duda, las mujeres.

No significa, por supuesto, que todas las mujeres tengan esas capacidades, pero es evidente que son muchas las que sí han desarrollado esas habilidades. Es por ello que las organizaciones deberán redoblar esfuerzos y recursos para reclutar e incorporar a sus plantillas a mujeres preparadas para liderar el cambio que nos exige la nueva realidad en la que hoy vivimos.

Estas llamadas “soft skills” o habilidades blandas (colaboración, trabajo en equipo, empatía) se han de sumar a otras como las vinculadas a ámbitos como la tecnología, cuyo valor es de gran magnitud para que las compañías puedan afrontar la transformación digital que exigen los nuevos tiempos de una manera definitiva. La digitalización de las organizaciones no puede esperar más tiempo y, para ello, se requiere la incorporación de profesionales STEM especializados en diferentes disciplinas.

Con esos dos objetivos, la Fundación ASTI y la Escuela de Gobierno de la Universidad Complutense han lanzado un Máster en Desarrollo Directivo para Mujeres STEM, un programa que pretende formar a mujeres de alto potencial STEM en habilidades directivas, visión estratégica y seguridad en la toma de decisiones. El objetivo es que puedan asumir responsabilidades directivas, poniendo en valor su talento, su capacidad de liderazgo y su experiencia a través de un programa formativo basado en la adquisición y desarrollo de las competencias necesarias para asumir puestos de alta dirección.

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